Cartas de despedida al baloncesto

Por fin hago, lo que debí hacer hace años

Hace tiempo que quería hacer esto. Quería despedirme del baloncesto profesional y del jugador de baloncesto profesional. Y así he decidido hacerlo. Ahí voy:

Querido baloncesto:

Hoy quiero decirte que hace tiempo que tengo pendiente estas cartas. Pendiente contigo y con el deporte profesional. Y hoy me he decidido a mandártela. Mejor que un email, o un WhatsApp, te mando una carta.

Definitivamente, te echo de menos. Me he pasado tantos años echándote de menos, que me he acostumbrado a esa sensación, rara, extraña, que a veces no sabía ni identificar.

Tras tantos años, te confieso que sé que no hice las cosas bien entre nosotros. No hice lo que se esperaba de mí, pero sobre todo lo que yo esperaba de mi con respecto a ti, y curiosamente eso me ha perseguido durante toda mi vida.

Con el paso del tiempo y con todo lo que he pensado y reflexionado, no sé si seré capaz de expresar correctamente todo lo que me paso por la cabeza de manera breve.

Lo que si sé, es que, desde un punto de vista profesional, no he disfrutado más en mi vida, que jugando al baloncesto. Que simple, pero que poderoso.

Desde que empecé en el colegio CBC de los padres agustinos, sabía que el baloncesto era lo mío. Y fue cuando, por arte del destino, llegué a un equipo de “patio de colegio” cuando confirmé que esto, era lo que quería hacer. Estudiantes ha marcado mi vida, en relación con los valores que priorizo, y me ha hecho parte de lo que soy.

A lo largo de mi carrera, también llegó un día que ya no disfrutaba, llego un día que como no se cumplieron mis expectativas, ni la de los demás, mi actitud hacia ti cambio y justificaba cosas que no debía hacer. Mi mente me decía cosas como: no juegas porque te tienen manía, yo soy así, que injusticia más grande, yo soy buenísimo, pero no se dan cuenta…, no estoy a la altura, no valgo para esto, que vergüenza, con lo que he sido y no juego. Me lo hace aposta, bueno mejor no lo doy todo porque no se lo merecen…Madre mía cuanto veneno mental. Con lo fácil que hubiese sido, decirle a mi mente, gracias por preocuparte por mí, pero ahora ayúdame.

Y por cosas como las anteriores, soy consciente de que me he perdido muchas cosas, que ahora estoy seguro de que hubiese podido conseguir con tu ayuda. Y lo peor de todo, que muchos años tras mi retirada, sabía que ya no podré conseguirlo y eso me mataba. Te echaba de menos y sentía que te debía y que me debías muchas cosas.

He reflexionado mucho en porqué con 27 años decidí retirarme y tras un proceso extenso, tras interiorizar, creando consciencia y siendo responsable, me di cuenta que te deje de lado por miedo. Me rendí, claudiqué y no supe luchar contra mis voces interiores. El miedo al fracaso, a no cumplir las expectativas, no hacer las cosas como querían de mi y yo mismo esperaba, hicieron que dijese hasta aquí mientras me dure algo de fama, …

Y esta decisión ha marcado los siguientes 17 años, porque por el camino, perdí a Juanjo…. (continuará)

Deja un comentario

× ¿Hablamos?